6/14/2011

En Chile conocí al hijo de Pedro Manrique Figueroa.

 
 


Recordé la historia del hijo de Pedro Manrique Figueroa luego de asistir a la presentación de TIGRE DE PAPEL del Maestro LUIS OSPINA.

Por eso la comparto:
En el 2003 y el 2004 viví en Chile, primero unos meses en Santiago, el resto del tiempo en Valparaíso. Llegué por una necesidad existencial, había cumplido 30 años y Saturno me sugería astralmente adquirir nuevos conocimientos en materia de Esoterismo. Me había parecido más indicado conocer el Brasil si quería saber de magias y pócimas, o Bolivia si lo que buscaba era más Chamanismo, pero ya había estado en Perú y en Wasao ese pueblito a 2 horas de Cuzco me había iniciado en el misterio de descifrar el Libro de La Naturaleza. Una india aymara me había enseñado sobre la lectura en las hojas de coca, y me había profetizado que yo avanzaría en mi sendero intuitivo si me acercaba al sur del continente.

Mientras me vestía, después de que ella hubiera pasado el cuy que tenia cintitas de colores en cada patita, por todo mi cuerpo para terminar una limpieza áurica que me hizo, me miró, se tiró para atrás las 2 trenzas largas de negro azabache y sonriendo con pocos dientes me respondió cuando le pregunté:

- Y que será mejor, Chile o Argentina o Brasil?
- A Chile pues, le conviene más el desierto de color cobre, que los verdes espesos del amazonas y que las tierras arCHEntinas.

Para el año siguiente el plan era viajar a Chile, primero porque la maga me lo señaló en el mapa, segundo porque yo quería ahondar en Tarot y sus técnicas estaban siendo muy experimentadas en este lejano país, además quería conocer sobre Herbolaria Mapuche para aprender más de sus plantas, siembras, recolecciones y usos curativos.

Aunque la maga me había dicho que yo no aprendería de plantas ni pócimas, me dijo que aprendería a desmontar la historia, no le entendí nada y me trató de explicar en su castellano de acento quechua.

- Es que usted tiene mucha historia en la cabeza, eso que ha estudiado, pero mire la historia está muerta, usted estudia cadáveres, a veces es importante el pasado, las raíces y los ancestros, pero a veces no es necesario, y eso, la falta de historia, la necesidad de que falte la historia, usted no lo ha entendido.

Recordé la queja de Nietzsche cuando decía que la genealogía era gris y que pesaba.

-Entonces no aprenderé magia, no entiendo, que aprenderé?
-Aprenderá vacío, me dijo mientras recogía de la mesa el manto donde había lanzado las hojas de coca.
-Vacío? Cómo vacío?
-No se lo puedo explicar, lo tendrá que vivir, pero se encontrará un hombre, el hombre del desierto, y con él aprenderá lo que es no tener historia.

Quedé pensativa, yo creía que ella veía el porvenir al mirar el oráculo de las hojas de coca, ahora me daba cuenta que tenia otros dones, como la videncia, pues hablaba como si le estuvieran dictando al oído, mientras seguía ordenando la mesa de trabajo.

Al año siguiente, en el día de reyes, llegué al aeropuerto de Santiago, el Merino Benítez, con un calor de 30 grados, pero a diferencia del calor de Cali, este era seco completamente, sin el menor aviso de brisa o humedad. Me encantaría contarles sobre todas mis aventuras y desventuras en esta tierra del fuego que en el mapa parece la columna vertebral del continente, arranca gruesita su geografía arriba y se va empequeñeciendo y al final llegando al polo parece el coxis. Pero hoy este breve capítulo se concentra en saber cómo, cuando y porqué conocí al hombre del desierto, que no tiene historia y es el hijo de mi compatriota Pedro Manrique Figueroa, orgullo colombiano por ser el precursor del collage en nuestro país.

Al hijo de Pedro Manrique Figueroa lo conocí en Valparaíso, poco antes de mi regreso a Colombia. A finales de mi estadía puse algunos carteles en algunos restaurantes cotizados donde asisten extranjeros y es común esa lúdica, sentarse y mientras te traen el pedido, pues mirando hacia el mar, se escucha la interpretación de Tarot sobre cómo estás en el amor, que te trae por acá este viaje, y si tu novia te esperará cuando regreses.

Un sábado a las seis de la tarde bajé por Cerro Alegre para cruzar Cerro Concepción y buscar los clientes en la plaza Aníbal Pinto, o en la Colombina un hermoso restaurante de 3 niveles en donde desde el último piso se permite ver espectacularmente el mar en todo su esplendor. Un mar de color azul, pero sólo azul de Valparaíso, azul que inspiró a Neruda, Violeta Parra y Gabriela Mistral. Un azul que se ve azul, sea de día, sea de noche. En un azul que huele a puerto, marineros, licores del mundo, algas, peces, perros, gatos y ensoñaciones. Un azul que elige a quienes acoge y a quienes aturde. Un azul que extiende los brazos para encantar a todos los artistas de este puerto y que son la envidia de los exhaustos bancarios de Viña del Mar. Un azul que es cómplice con los estudiantes de todas estas universidades que hay en este puerto, y los infla de buen ánimo y buena disposición para estudiar con fervor de lunes a jueves, para el viernes tragarlos con la lengua de la bohemia que asecha desde los laberintos de estos cerros. Un azul visto por años desde las celditas de la cárcel que está ubicada en lo más alto de uno de los cerros de Valparaíso, su cárcel de castigos forzados en la colonia y de castigos forzados más torturas durante la dictadura. En ese azul pensaba cuando sonó el móvil.

- Aló, buenas noches, perdón buenas tardes, en que puedo servirle? yo ponía la voz solemne porque al no reconocer el número en la pantalla me suponía que era un cliente para Tarot, y rectificaba que eran tardes porque siendo las 6 pm de verano había luz hasta las 9 pm, cosas de las tierras australes que nunca veré en mis tierras tropicales.

-Si, buenas noches, este es el número de Almaluz?
-Si correcto, con quien hablo? En que puedo ayudarle?
- Le habla Antonio, bueno fíjese he leído su anuncio en el diario, pero me gustaría preguntarle, además del Tarot que más hace usted? Es decir conoce otra manera de ver el Destino un poco más preciso? Es decir que no sea utilizando la intuición, sino algo más matemático, como la Astrología, me han dicho que dice más cosas sobre el Destino la Carta Astral, es eso cierto?

- Si es cierto, desea usted la carta astral? Le preguntaba mientras pensaba que el anuncio era especifico para encontrar clientes de Tarot pero si el cliente por curiosidad se imaginaba que yo al saber Tarot podría saber de otras artes intuitivas, bienvenido a mi trabajo, igual mi interés específico siempre había sido la Astrología, sólo que ahora había venido a obtener un mejoramiento en las lecturas de naipes.

- Bueno si quiero hacerme la carta astral pero me han explicado fíjese usted, que para eso se necesita conocer la fecha y hora de nacimiento, y bueno las desconozco, entonces no me puede hacer la carta astral verdad?

La verdad es que me sorprendió que alguien en pleno siglo XX no supiera a que hora llegó al planeta, así que le pregunté.

- Disculpe está usted en Valparaíso? Podríamos si gusta reunirnos y conversar, le cuento lo necesario que es conocer la fecha y hora de nacimiento para hacerse la carta astral.

-La verdad es que no estoy seguro ni de la ciudad en que nací, pero si estoy en Valparaíso, podríamos juntarnos hoy mismo?

Finalmente terminamos acordando una reunión a las 7 pm en el Café del Poeta, ubicado en la Plaza Aníbal Pinto, de esta manera seguro conseguiría hacer una lectura entre las 6 y la cita con este hombre que me dijo que se llamaba Antonio y que llegaría vestido de pantalón de dril color café claro y camiseta o polera como le llaman los chilenos, de color concha de vino, pero que en Cali le llamamos color berenjena.


Caminé y no tuve suerte, esta vez los suecos, los daneses, los ingleses, los canadienses no se querían leer el Tarot, y tampoco las Runas, así que dejé de caminar y me senté a esperar al chileno Antonio, elegí una mesa pero de las que ponen afuerita del sitio y sobre ella puse mi bolso tejido de rojo y que lleva además unas manzanitas verdes bordadas, este bolso, que contiene las cartas, que guarda las runas, que esconde las imágenes milenarias que los mortales miran, que conserva los símbolos vikingos y que son respuestas para el alma atormentada. Mientras los consultantes preguntan lo mismo de siempre por cerca de 4 mil años que se calculan tienen estos oráculos, me quiere? Pero si me amó? Pero volverá? Pero cierto que me quiere aunque esté con otra persona?, es el amor y el desamor quienes han inventado los oráculos.

Esperé mientras veía hacia la fuente de la plaza, dedicada al dios Neptuno, el dios de los océanos, estaba con una figura muy viril, sus músculos bien delineados, sus testículos rozando el agua de la fuente, sus brazos torneados y uno de ellos sosteniendo un tridente que lo hacia más alevoso junto con la cabellera desordenada por el viento, el Neptuno era de metal verde, brindaba una imagen sólida, pero con apariencia de movimiento, parecía que fuera a salir este Neptuno caminando hacia mi.


En la ciencia de las estrellas, Neptuno en una carta astral denota donde está el misterio, el espejo, la lupa, el velo, la neblina, lo sospechoso, el espía, lo oculto; desde el contrabando, hasta la intoxicación; pasando por las espumas, la ebriedad, la mística, la incertidumbre, lo inconcluso, lo indescifrable, lo hechizo, lo subjetivo pero encantador.

Pensando en Neptuno y sus nereidas, sus ondinas y su tormentoso amor con la Gorgona, escucho que me preguntan:

- Disculpe, Alma?, hola soy Antonio.

Giro a mi derecha y veo a un joven de unos 30 años, 1. 75, de piel blanca, cabello negro lacio y largo atado en cola, cejas negras pobladas, con un cigarrillo en la mano, y de golpe me parece que hay una cantidad de chilenos que se parecen, y se llaman Marcelo, o Claudio o Rodrigo. Y su fisionomía es como la de muchos chilenos promedios, que veo blancos de piel, pero de rasgos indígenas, mapuches, como los que habitan en el sur. Pero que a la nación chilena le cuesta admitir, por que acá a la mayoría les encanta hablar de sus ancestros pero los venidos de Europa. Buscando repetir que sus abuelos son polacos, rusos, italianos o franceses, y las corrientes migratorias nadie las niega, pero y los genes de Caupolicán es que creen que no se heredan?


Extendió su mano, yo le pasé la mía y nos saludamos, corrió la silla, se sentó, y admiró mi vestido de verano de color azul aguamarina, es hindú le dije y al instante estábamos eligiendo que merendar, llegó el garzón y con cartas en mano, hicimos el pedido, él solo quiso un café express y doble y bueno yo aproveché mi amor por los dulces y pedí un delicioso kuchen de durazno y damasco para comerlo con una bebida de té negro con sabor a mandarina disuelto en leche.

Antonio me preguntó: y usted de donde es? Su acento es como colombiano, verdad?

Asentí con la cabeza y él agregó, mire fíjese usted, yo soy mitad chileno y mitad colombiano.

Y empezó a contarme su historia.

Mire estoy de paso en Valpo, en 2 o 3 días me voy por un crucero de la Royal para trabajar por un año entero en altamar, se gana bueno, como paponer un negocio cuando regrese, el trabajo es duro, pero vale la pena, voy de cocinero y barman, mi especialidad es la repostería, debí pasar entrevista de conocimientos, me ayudó que se idiomas, inglés y portugués porque viví un año en Brasil, bueno también me tocó dejar una póliza, eso es para asegurar que uno no se va a escapar cuando paremos en los puertos, y cuando regresemos pues le reembolsan a unos esos pesos.

Entonces usted no es de Valparaíso?

No, soy de Antofa, y recordé que acá en Chile hablan en diminutivo, y me pregunto si es así porque así es su largo pero angosto país. A Valparaíso le llaman Valpo, a Concepción le dicen Conce, y a la norteña Antofagasta le dicen Antofa.

Pero no me gusta mi ciudad, realmente no soporto sus mineros, esa ciudad solo tiene mineros que trabajan para la cagá toda la semana y el fin de semana o cada 10 dias salen a que? a gastarse la plata en la putas que cada día son más colombianas pero dicen que son ecuatorianas o peruanas, que pena con sus paisanas pero asi es po. Pero yo quiero otra cosa, el arte, casi no hay cabida en esta ciudad del desierto más seco del mundo, lo máximo que pude fue que me conseguí un trabajo en The Clinic, lo conoce? el semanario de ironías y bueno ahí trabajé en el departamento de diseño y tomaba fotos, hacía montajes y jugaba con el bricolaje.

Así que desde los 21 años nunca he estado en ella un año seguido. He viajado mucho, pero no he salido del continente y esta es mi oportunidad además por el dinero sabe, a mi edad ya me estoy preocupando que no tengo un trabajo estable y bueno esto me ayudará a organizarme cuando regrese pero no en Antofa, si he de vivir en Chile prefiero el sur, prefiero el campo.


Mientras hablaba vi sus brazos tatuados, no tenia cara de que se los hubieran hecho en la cárcel, pero seguramente había sido medio viajero, errante o nómada o hasta porque no un vago.

-Usted prefiere el campo siendo del desierto? Yo creí que el amor por el desierto nunca se acababa.


-Bueno ya ve usted, nací en pleno desierto, no llueve allá hace 12 años, pero no soy tuareg, soy chileno nomá, ni siquiera de Antofagasta, sino de Pedro de Valdivia, eso dicen, por eso le decía que si es necesario para hacerme la carta astral saber la hora y fecha de nacimiento pues está muy complicado saberlo.

Si, está muy complicado, le dije.

-Pero disculpe porque desconoce su hora de nacimiento y que tiene que ver la mitad de Colombia que me habla que usted contiene?

-Antes de venir a Valpo me hice leer el Tarot, me lo leyeron acá cerca no tan al norte, en la Serena, una uruguaya de paso, y me habló de este viaje en crucero, pero ella me explicó que el Tarot me hablaba de cosas prontas, 2 meses, 5 meses. Y que si quería un panorama más esclarecedor sobre mi Destino, debía ser con la Carta Astral, es decir que la Astrología me puede indicar asuntos más puntuales, como mi vocación profesional, es que he hecho de todo, pero nunca nada me contenta, sabe? He sido dibujante, fotógrafo, dj, tatuador, he manejado buses de turismo, ahora hace 1 año soy cocinero, pero mi trabajo como diseñador gráfico si que me enttrettienne !

- Hice énfasis de nuevo en la pregunta, y porque mitad y mitad de genes?

Encendió otro cigarrillo, me preguntó si me molestaba, y aunque si me molestaba decidí soportarlo para que terminara de contarme su historia, pues ya supe que me banquíe el dia y no conseguí trabajo.

Después de la primera bocanada empezó a narrar.

Mire yo tenia 18 años cuando a mi mamá la trajeron del hospital, había estado casi de muerte, al parecer estaba aun débil y convaleciente, en las tardes yo la cuidaba en su habitación, y un día me dice, Antonio me da miedo que me muera y no te haya dicho que no sos mi hijo, aunque te quiero igual que a todos los seis juntos. Dijo que empezando los años 50 sus padres, los que yo creía que eran mis abuelos se habían ido a vivir a Pedro de Valdivia, llevándose los hijos jóvenes, y ella en ese pueblo había conocido a su futuro esposo, que trabajaba en la Salitrera, porque eso era Pedro de Valdivia, una salitrera.

Sabe era muy común que en ese entonces se formaran ciudades itinerantes alrededor de las minas, las ciudades llegaban hasta juntar 25 mil personas y ahí se establecían las familias, porque había escuela, puesto de salud, hasta teatro que los mismos ingleses interesados en la cultura les habían llevado a la gente para ver teatro, ópera y espectáculos musicales.

Mientras lo oía calculaba que 25 mil personas son las que caben 2 veces en la plaza de toros de cali, o somos los americanos que cabemos el domingo cuando vemos la mecha y ocupamos todo oriental con sus tres pisos en el estadio.


Pero fíjese usted que esas salitreras se acabaron cuando los alemanes inventaron el salitre sintético pues se hizo más sencillo producirlo en laboratorio que explotarlo. Así que a inicios de los 80s mi mamá que no es mi mamá pero la llamo así porque se comportó como mi mamá, se vino con la familia desde Pedro de Valdivia y se instalaron en Antofagasta de donde eran los abuelos.


Yo nací en Pedro de Valdivia, lo digo porque me lo dicen, pero los curas eran los encargados de trasladar los archivos parroquiales de Pedro de Valdivia a ciudades cercanas para reinstalar los archivos, pero justo una buena parte y donde estaba mi partida de bautizo se extravió en el camino y no llegó a Antofa, así que no se realmente si nací ahí pero será creer, tuvieron que pagarle al cura de Antofa para que levantara de nuevo mi partida de bautizo.

La otra cosa es que mi mamá me dijo que le preguntara bien a mi hermana Beatriz la mayor cómo había llegado yo a casa. Mi hermana la mayor de 6 en total en donde yo soy el 6, me lleva 16 años, mi mamá la tuvo a sus 25 años y yo llegué cuando mi mami ajustaba sus 42 años.


La Beatriz me dice que ella tenia una compañera de colegio, que quedó en embarazo, y se fajó lo que más pudo, mi nacimiento estaba para marzo, así que como el año escolar terminaba en diciembre, lo que tuvo que hacer fue encubrirtapar el embarazo de diciembre hasta los inicios de marzo para volver a los estudios el 21 de marzo que se inicia de nuevo el año escolar con la llegada del otoño. Entonces yo nací el 11 de marzo.

La mujer que me tuvo, la Cecilia, asi se llama, me regaló a Beatriz, Beatriz llegó a donde sus padres con este nene y los viejos se encariñaron y dijeron ya pues pongámolo de sexto hijo y lo pasamos como nuestro.

Como vi que hizo una pausa, mientras apagaba lo que quedaba del cigarrillo en el cenicero, le pregunté, y sus otros hermanos?


Bueno les dijeron que ahora había un nuevo hermano y que así era nomá y que el tema no se hablaría nunca jamás, que era un secreto.

Miré a Neptuno con sus testículos mojados en el agua de la pileta, le miré sus cabellos desordenados por seguir a la Gorgona, su gran amante, que recibió un castigo de la esposa de Neptuno que consistió en soportar que sus cabellos se volvieran serpientes y que cuando mirara a alguien este se convirtiera en piedra, de tal manera que la Gorgona estaba condenada,  nunca más pudo ir a buscar a Neptuno para amarlo porque prefería renunciar a él que volverlo piedras.

Pensé en Neptuno, en sus cabellos, barbas, tridente, sus misterios y miré el hombre que tenía sentado frente a mi, y le llamé para mis adentros, el hombre del desierto. Y me preguntaba cómo puede alguien vivir sin árbol genealógico, sin saber quien es el bisabuelo, sin sentir nostalgia por historias de locos o de héroes que siempre acompañan las familias.


El continuó su relato. Hoy se que mi mamá la que me tuvo de verdad se llama Cecilia, que me entregó porque era una chiquilla loca que había tenido un mal romance con un colombiano en las vacaciones de julio, es decir el invierno del 72 y en Santiago. Se habían conocido por que él militaba en el Partido Comunista Colombiano y había venido a Chile a ver si era posible el buen gobierno allendista, y bueno el resto no se como cayampa fue pero se dio y cuando la Cecilia llega a Antofa pues vió que empezaba a crecerle la guata.

Cayampa, hongo, Guata, barriga, tuve de a poco que aprender sus modismo en estos 2 años para no perderme en las conversaciones, a veces pienso que no hablan castellano sino chileno.

Yo me tomé mi té, el kuchen se había acabado y yo seguía oyendo.
 
Asi que la Beatriz me contó que era la que le guardaba los secretos a la Cecilia, imaginese 2 cabras, y la Cecilia le dijo que en Santiago se puso a pololiar con un colombiano ya mayorcito pero interesante, al parecer se caartearon un tiempo hasta cuando ella le cuenta del embarazo, al parecer el nunca lo negó y le prometió venir en vísperas a que yo naciera pero como llegó la fecha y no cumplió pues prefirió entregarme, me dice Beatriz que a los meses él escribió de nuevo y dijo que vendría, exactamente para los 6 meses, porque aunque no era católico sabia que los vampiros existían y perseguían críos sin bautizar, y alistó el viaje, y bueno 6 meses después es el 11 de septiembre y usted ya sabe que pasó, y ahí quedó todo.


Los chilenos dan por contado que todos sabemos que pasó el 11 de septiembre, les parece que todos entendemos su dolor, y que es claro que los fascistas de mierda bombardearon la casa de la moneda y no les importó ni los 300 años que tenia ese edificio y no les importó nada más que imponer su voluntad.


Y así el viaje de mi papá no se hizo pues, y me dejaron en la casa de Beatriz y me quedé ahí viviendo, siendo de esa familia, con otros apellidos con otras  historias, diciéndole a mi padre como tay hoy don Bernardo? cuando realmente mi padre es don Pedro. Portando los apellidos Canales Letelier, cuando los verdaderos son Manrique Figueroa.

Y lo sé por las cartas que mi padre le enviaba a mi madre y que ella le daba a la Beatriz para que las guardara, con el tiempo las cartas se han perdido pero así supe que mi padre es colombiano que se llama pedro Manrique Figueroa y que poco después del golpe un amigo de él, el chileno Rodrigo, le envió a mi mamá un libro diciéndole que era lo único que había logrado recuperar de sus valijas antes que huyera de Santiago hacia  Bogotá.

A estas alturas el garzón se había llevado mis platos limpios, limpiado el cenicero, me había traído un vaso de agua que ya lo llevaba por la mitad pero no recordaba a que hora llegó el agua y menos recordaba a que hora me lo había ido tomando.


Yo le dije y si ha hablado con Beatriz y Cecilia, no entiendo porque no conoce su hora de nacimiento.

Me dijo, mire en Chile hay cambio de horario por fin de verano, el segundo viernes de mes se atrasa el reloj a las 4 pm, o sea a las 4 ponemos las 3 pm. Pero en 1973 justo el 11 de marzo cayó el segundo viernes, y Cecilia dice que naci a las 4 pm, pero sin cambio de hora, y Beatriz dice que el cambio ya se había hecho es decir que soy de las 3 pm. Yo no se quien tiene mejor memoria, no se a quien creerle.

Miré el mar azul y sus insondables secretos, miré los cabellos de Neptuno, y miré a Antonio y le dije, usted me recuerda el libro de la selva, es un ser sin estos códigos siderales de horas y códigos terrestres de meridianos y paralelos para saber exactamente donde nació, usted es un hombre realmente libre.


Regresó el garzón trajo la cuenta, pagamos juntos y me dijo, yo debo ir a mi habitación a realizar un par de llamadas, me acompaña? la brisa marina está fresca, le parece agradable poder disfrutarla? Y le dije que si, la verdad es que miré el reloj de la plaza ya eran las 9 pasadas y prefería irme dirigiendo a mi pensión.


Asi que intercambiamos información sobre donde nos hospedábamos y como era relativamente cerca que se encontraban las pensiones, nos acompañamos en el camino subiendo por Pedro Montt y siguiendo por Urriola que era donde yo estaba, me dijo acompáñeme mas arriba al pasaje Gálvez y yo la acompaño de regreso, sabe? Le haré un obsequio, es que realmente usted sabe uno en esos viajes trasatlánticos se va con muy poco equipaje, y tengo cosas para regalar o vender entre hoy y mañana, venga le haré un obsequio.

Mientras nos dirigíamos, esta vez hablé yo, le conté sobre porque estaba en Chile, cuando me regresaría, que había aprendido, le conté que era profesora de Historia además de ver las estrellas, y bueno que él no tenía historia oficial, tenía la historia de los secretos, y que como no tenía hora de nacimiento no le podía ver la carta astral, no podía ser ni historizado ni astrologizado. Pero estaba vivo y libre de coordenadas y meridianos, excento del cronómetro que indicara a que hora nació, ligero de archivos y sin el rigor real de las actas de bautizo.

Caminamos, y llegamos a su pensión del pasaje Gálvez, entramos, era un piso de cuatro habitaciones que rodeaban una cómoda sala, me hizo seguir a su habitación mientras oíamos los fuertes gemidos de una pareja que estaban en alguno de los cuartos de al lado.

Entramos y me invitó a sentarme en un banquito mientras buscaba en una maleta y me extendió un libro rojo, me dijo mire es del 73, dice Beatriz que dentro del libro venían unos collages de buen porte sobre las injusticias de las mineras salitreras, pero esos materiales la verdad ya se perdieron, sólo quedó este libro, y se lo quiero regalar, pues la verdad no sabía que me iba a encontrar con una colombiana y bueno mejor si se que queda en sus manos.


Lo vi, de tapa roja, de papel periódico, mientras lo ojeaba salieron volando unas hojas, que al caer al suelo me llamaron la atención y me dijo, estas son algunas de las cosas que yo hacía en The Clinic, la revista de la que le hablé, diseñaba y le escribía todo en ese tono usted sabe de sátira que se emplea ahí. Me hablaba mientras señalaba una de ellas, asintió con la cabeza y agregó, por ejemplo esta es por que dentro de poco vienen de recital Airon Maiden y el Medina es la vaca que más caga en la Iglesia de acá. Si las quiere llevar se las regalo.

Las tomé, las doblé, las guardé dentro del libro y salí, mientras Antonio venía detrás de mi, salimos y regresamos a mi pensión que quedaba a un par de metros descolgándonos por uno de los costados del cerro. Le agradecí el obsequio le deseé un buen viaje, le agradecí la confianza depositada en mi al contarme su historia, y cuando llegamos a mi pensión que se llamaba Catalejo, mientras venía  el conserje para abrirme la puerta, le pregunte: Antonio, a vos no te da miedo de ese viaje por un año en plena alta mar?, me ruboricé porque se me salió el "vos" tan caleño, y acá yo usaba el usted por marcar respeto, pero recordé que este hombre no era tan formal con su historia y por lo tanto no podía serlo con su lenguaje.

Me respondió con un no, no tengo miedo, siempre he viajado sin temor, no siento que ningún lugar sea mi casa, seguro tendrá que ver como llegue al mundo no cree? cualquier sitio esta listo para adaptarme menos Antofa, o a lo mejor le agarre cariños pero cuando esté viejo, además hoy voy bien de salud, dejé el dinero de la fianza, no hay lazos fuertes que me aten a Chile, con la Beatriz y la Cecilia me estaré comunicando por correo, mire a Colombia no he ido, pasaremos por Panamá, bueno algún día iré a visitar la tierra de mi padre Pedro. Además el tarot de la uruguaya me dijo que tendría éxito en el viaje del océano, me dijo que hay un Deidad que siempre me protege, Neptuno, el Poseidón, me cuida, como cuida a quienes en sus corazones portan muchos secretos.



atte, almaluz hurtado borrero.